Un líder es, por definición, un modelo a seguir. Cada palabra, actitud y forma de reaccionar ante la adversidad se convierte en el estándar no oficial para el equipo. Cuando un líder adopta consistentemente una mentalidad de quien es afectado por las circunstancias, otras personas o algún factor fuera de nosotros, no solo evade su propia responsabilidad, sino que contagia esta actitud en su equipo de trabajo y se convierte en "El Líder de las Circunstancias"
La mentalidad que tiene este tipo de líder es la tendencia a atribuir la causa de los problemas y los malos resultados a factores externos (el sistema, la mala suerte, otros equipos, el mercado) y negarse a reconocer la propia capacidad de influencia o de respuesta.
Este tipo de líder se caracteriza por:
Evadir la Responsabilidad: En lugar de decir: "Asumo que mi estrategia falló, aprendamos", dice: "No pudimos cumplir los objetivos porque otros equipos no entregaron a tiempo".
Quejas Constantes: El foco de su comunicación no está en las soluciones, sino en relatar de forma exhaustiva lo "injustas" o "difíciles" que son las circunstancias.
Búsqueda de Inocencia: Su principal objetivo es preservar su imagen como alguien que está haciendo todo bien y que, por lo tanto, no debe ser criticado ni responsabilizado.
Parálisis de la Acción: Al creer que "el mundo me sucede" en lugar de "yo actúo en el mundo," el líder se cierra a buscar soluciones creativas, pues piensa que nada depende de él.
2. El Efecto Espejo
El mayor peligro de esta actitud es su efecto contagioso sobre los colaboradores, conocido como el "efecto espejo" o la propagación de la "Zona de Víctima."
Un líder es un catalizador cultural. Si el líder opera desde la mentalidad de víctima, está enviando tres mensajes destructivos muy claros a su equipo:
A. La Responsabilidad es Opcional (Buscar Culpables)
Si el líder no asume la responsabilidad por un error bajo su mando, los colaboradores aprenden que la norma es señalar con el dedo. En lugar de enfocarse en corregir el proceso o aprender de la falla, el equipo gastará energía en defenderse y buscar un chivo expiatorio, lo que destruye la confianza y la colaboración.
B. La Pasividad es la Respuesta (Falta de Iniciativa)
Cuando el líder se queja de una política o un problema y luego se cruza de brazos, está modelando la pasividad. El equipo internaliza que, ante un obstáculo, no tiene sentido proponer soluciones innovadoras o hacer un esfuerzo adicional, ya que la justificación por el fracaso ya fue establecida por el jefe: “Es imposible, la empresa es así”.
C. Se Recompensa la Queja, No la Solución
Es te tipo de líder a menudo busca simpatía y validación emocional. Si el equipo ve que las quejas son la forma más efectiva de captar la atención del líder, esta conducta será reforzada. Se crea un entorno donde la energía se canaliza hacia el lamento en lugar de hacia el rendimiento y el enfoque proactivo.
3. La Transición: Del Líder de las Circunstancias al Líder Protagónico
La buena noticia es que el liderazgo es una elección. El camino para salir de la trampa del victimismo es adoptar una Mentalidad de Propietario (o Protagonista).
Paso 1: Reconocer y Aceptar
El líder debe preguntarse: "¿Estoy actuando como un líder o como una víctima?" . El primer paso es aceptar que, incluso si no causó el problema (el tráfico, el fallo del sistema), sí es responsable de su respuesta al problema.
Paso 2: Cambiar el Lenguaje de la Queja por la Pregunta de Solución y la adopción del "Como sí"
Un líder protagonista reformula el problema:
Victimista: "No tenemos tiempo para esto, siempre nos sobrecargan."
Protagonista: "¿Qué podemos priorizar o negociar para que este proyecto sea manejable?"
Paso 3: Modelar la Responsabilidad Radical
El líder debe ser el primero en asumir la responsabilidad por los errores del equipo: "El resultado no fue el esperado, es mi responsabilidad asegurar que tengamos las herramientas o la formación para la próxima vez. ¿Qué aprendimos?"
Al modelar la rendición de cuentas, el líder empodera a su equipo para que haga lo mismo, creando una cultura donde la energía se enfoca en la influencia, el control y la acción, y no en la búsqueda constante de excusas externas.
El verdadero poder no es tener el control, sino ser el responsable de la respuesta.
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